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Cómo el verde definirá las ciudades futuras

Las ciudades están poniendo cada vez más énfasis en los parques y espacios verdes en un intento por abordar los desafíos ambientales, mejorar la calidad de vida y prepararse para el crecimiento futuro.

12 de noviembre de 2019

Recientemente, Londres fue nombrado la primera Ciudad del Parque Nacional del mundo, comprometiéndola a aumentar sus credenciales ecológicas, incluidos los espacios al aire libre y la vida silvestre.

"Londres ya tiene una infraestructura verde sólida, lo que lo convierte en un buen banco de pruebas para ver cómo las ciudades pueden comenzar a mejorar la biodiversidad, reducir el carbono y plantar más vegetación", dice Jessica Herman, Ejecutiva de Sostenibilidad de JLL en Reino Unido.

Los organizadores de la iniciativa apuntan a nombrar al menos otras 25 ciudades en todo el mundo para 2025, con Newcastle y Glasgow ya lanzando campañas.

"Las designaciones como el ser la Ciudad del Parque Nacional podrían fomentar un mayor intercambio de información entre ciudades en términos de implementación de medidas ecológicas", dice Jeremy Kelly, Director de Investigación Global de JLL. "Al crear conciencia sobre la necesidad de espacios verdes en las ciudades, la esperanza es que estas iniciativas puedan catalizar ciudades más sostenibles".

La necesidad de infraestructura verde

La expansión de los espacios verdes podría mejorar la biodiversidad de las ciudades al atraer una mayor variedad de aves e insectos y ayudar a abordar las preocupaciones ambientales, como la degradación de la calidad del aire que afecta a más del 90% de la población mundial.

"Con la amenaza del cambio climático, los gobiernos locales están poniendo cada vez más énfasis en la infraestructura verde que puede aligerar la contaminación y ayudar a mitigar los riesgos relacionados con el clima, como las inundaciones", dice Herman.

Shanghái, por ejemplo, tiene como objetivo contrarrestar los patrones climáticos cambiantes mediante la sustitución de pavimentos de concreto con humedales y jardines para capturar el aumento del agua de lluvia y reducir el riesgo de inundación.

Con muchas ciudades lidiando con olas de calor más extremas, la plantación de árboles se está convirtiendo en una forma de enfriar los centros urbanos y reducir las islas de calor, donde las carreteras y los edificios absorben e irradian calor para aumentar las ya altas temperaturas. Melbourne, por ejemplo, planea duplicar su cubierta arbórea para 2040, mientras que Milán apunta a plantar 3 millones de árboles.

Mejorando la vida en la ciudad

Los espacios más verdes también tienen importantes beneficios para los humanos, ya que hacen que los centros urbanos sean más atractivos para el aire más limpio y tengan un mejor impacto en la salud física y mental.

"Los gobiernos locales tienen que centrarse mucho más en la habitabilidad y la sostenibilidad para no solo satisfacer a los residentes, sino también para atraer y retener talentos y negocios", dice Kelly. "La gente quiere poder relajarse al aire libre sin máscaras de smog o ir en bicicleta a través de parques en lugar de carreteras congestionadas".

Se necesitan propuestas ambiciosas para reintroducir la naturaleza en las ciudades. En Londres, el alcalde Sadiq Khan planea hacer más del 50% de la ciudad verde para 2050, además de plantar más árboles e invertir en proyectos de desarrollo verde a gran escala. Mientras tanto, la Zona de Emisiones Ultra Bajas tiene como objetivo reducir la contaminación en el centro de la ciudad.

No es la única ciudad europea que busca un futuro más verde; Oslo fue nombrada Capital Verde del continente este año por su planificación ecológica de la ciudad centrada en la preservación de la naturaleza y la vida silvestre, mientras que París ha presentado un proyecto de 76 millones de euros para agregar 12 hectáreas de espacio verde y 20,000 nuevos árboles para 2020.

¿Ciudades más sostenibles?

Dichas inversiones en la creación de espacios verdes también pueden ayudar a las ciudades a cumplir objetivos de sostenibilidad más amplios, como alcanzar emisiones netas de carbono cero.

Londres es una de las 19 ciudades que prometen que todos los edificios nuevos serán cero netos para 2030, mientras que ocho ciudades europeas, incluidas Madrid, España y Breslavia, Polonia, forman parte de un plan financiado por la UE para descarbonizar todos los edificios para 2050.

"Los gobiernos locales están tomando la delantera en lo que respecta a las medidas de mitigación climática, porque hemos visto que algunos gobiernos nacionales como los EEUU están retrocediendo", dice Kelly.

El desafío es que alcanzar objetivos netos cero y verdes requerirá cambios radicales en las operaciones urbanas. "Los objetivos netos cero impactarán significativamente el diseño de la ciudad, desde cómo se construyen los edificios hasta cómo usamos los recursos", dice Herman. Esto no solo podría ser costoso –para el Reino Unido, se estima que alcanzar el cero neto costará hasta 70 mil millones de libras al año–, sino que también va a expensas de otra infraestructura cívica.

Sin embargo, con casi el 70% de la población mundial prevista para vivir en las ciudades en 2050, superar estos obstáculos será cada vez más crucial.

"La medida del éxito de una ciudad ahora se basa en muchos criterios de sostenibilidad, incluida la biodiversidad", dice Kelly. "Estamos viendo una migración masiva a los centros urbanos y existe un verdadero desafío en cuanto a cómo estas ciudades no solo pueden absorber este crecimiento sino también reducir su impacto ambiental".

Frente a la rápida urbanización, la infraestructura verde no se trata de embellecer las ciudades; se trata de prepararlas para el futuro.

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